15/11/06

Paseando bajo el hechizo

Como un soplo de viento llego a mí, como un huracán se alejo, pero aun así, yo seguía creyendo en su piel. Yo creía en su palabra dada, en la que se lleva la brisa cálida del verano, la que nos trae el vendaval frío del invierno. Yo no quería ver y aun así, tuve que ver y sentir todo ese peso sobre mí.

La senda por la que partir se borró con la marea, por el influjo de la luna, esa misma que antes nos había guiado, esta vez, incluso ella nos abandono. No quiere ser testigo de nuestra desesperación, de nuestros más bajos deseos. Ella se mantiene lejana y sombría, altiva sin dejarse ver, sólo evoca su magia cuando está a solas con su espíritu.


1 comentario:

colombo dijo...

Hola, guapísima! me encanta todo lo que escribes. A ver si un día me dedicas algo especial para mi ;)
un besote enorme.