La hora de la salvación

Desde la red de mi salvación, desde la seguridad de mi atalaya veo el mundo rodar ante mis pies. Estoy seguro, a salvo, nada puede hacerme daño, he dejado de ser vulnerable porque empecé a creer. Ya no hay más misterios, ni caminos infinitos por recorrer, ya la verdad se me ha presentado desnuda ante mí. Y sin embargo, es ahora cuando más lejos me siento de mi yo. Cuando más ansias tengo de sumergirme en un pozo sin fondo y descubrir el secreto de los abismos.
1 comentario:
para que veas que leo tu blog. De verdad que escribes cosas muy bonitas. un besote
Publicar un comentario