Momentos de la vida

El despertador te devuelve a la vida y te saca del dulce sueño. Cierras los ojos para concederte unos minutos más; sabes que son estos momentos lo que realmente te pertenecen, los únicos que son tuyos en exclusividad. Poco a poco vas tomando conciencia del mundo que te rodea. Ahí fuera la vida se despierte y empieza un nuevo día. Las estrellas se van apagando y las sombras van dejando paso a un día de sol. En el mismo instante que rompe el día y que muere la noche; el mundo se para, se queda mudo y es cuando sales tú de tu cascaron para encontrar ese mundo parado, inmóvil.

Es uno de esos días en los que parece que nada funciona cómo debería, y sin embargo, nadie parece darse cuenta. Si piensas seguramente sólo sea una impresión más. En este momento de la vida hemos llegado demasiado lejos nuestra poca capacidad de ser diferentes, de ser únicos y nos enredamos en todas nuestras historias y nuestros propios sueños para no aceptar lo que somos. Ya no hay excusas creíbles.