Meditando por el olvido

Desviando las miradas que nos arrebata los sueños, buscando un paso más y encontrando el descanso del alma. Todos nuestros sueños se terminaron, todas nuestras pesadillas volvieron para quedarse, para hacernos más fuertes y para no terminar nunca de perdernos, para caer por el abismo de nuestra propia conciencia, para no saber donde está la realidad ni la fantasía.

Seremos aquello que podamos ser, pero nunca lo que nuestros sueños nos dictó. Caemos una y mil veces y sin embargo, nunca estuvimos tan de rodillas como ahora. Nunca perdimos la fe en nuestras esperanzas y en nuestra realidad, pero aún así seguimos siendo menos que nada. Es momento de reflexión de hacer balance de nuestra existencia, de creer en lo que nunca aprendimos o de perdernos para siempre en nuestros sueños más reales

Un viaje a lo conocido

Cada mañana te levantas con esa sensación, con esa terrible impresión, tan conocida, tan real, pero a la vez tan etérea, sin poder calificarla ni cualificarla. Cada día es algo parecido a lo anterior a lo ya conocido. Pero luego te das cuenta que cada instante es único e irrepetible, cada momento te pertenece sólo a ti. Tú decides cual será el siguiente paso, hacía donde irá toda esa energía que recorre tu cuerpo y que no deja de sangrar. Tú sabes cual es lo que nos hace diferentes y lo que realmente importa, lo que hay en ese interior.

Supiste donde estuvo tu principio y sabrás donde estará tu final. Dejas caer sobre ti todo el peso de la realidad, te dejas arrastrar por ella sintiéndote por fin liberado de todo mal. Pero todo se desvanece en el instante en que tu reflejo se funde con la realidad de tu ser. Eres presa de lo que nunca quisiste aceptar, eres la presa, tú, que siempre te habrías creído el cazar único. Ahora serás la presa perseguida y acorralada que huye sin dirección, y así morirás.
Feliz Navidad

Sin salida

Ya te ha llegado la hora de despertar, de salir de tu letargo y empezar una nueva vida, un nuevo principio y una nueva realidad. Sales a buscar todo aquello que un día tuviste pero que se perdió por le camino. Recorres la calles de tu juventud en busca de algo que te haga despertar, pero sólo encuentras las sombras del pasado, aquellos fantasmas que no has sabido vencer. Huyes al futuro esperando que el nuevo día te traiga la fuerza que te hace falta. Depositas tus anhelos en un mundo soñado y en una realidad inventada. Que se puede perder entre los dedos o entre los volcanes de tu pasión que no se haya perdido ya.

Retocando nuestros recuerdos

Cada uno con sus momentos, con sus disputas y con sus errores, así somos, así nos han hecho. Ya no hay vuelta atrás ni motivos para detenerse. Ya la vida zarpo de las orillas de tu desierto y ya todos se hace más intenso, ya las cosas pequeñas de la vida no importan, ya los misterios se perdieron y ya todo terminó en ese instante de vidas pasadas y de aventuras sin fin. Ya el tiempo se perdió entre los paseos sin fin, entre la agitación de esa vida que no termina de llegar y que sin embargo, se pierde entre nuestras manos.

Cualquier promesa en manos expertas puede llegar a ser el resultado de nuestra misma afinación, de nuestro mismo reflejo mil veces repetido hasta llegar a no significar nada para nadie. Cuántas mentiras se despertaron al cabo de tres días de furia y de desazón, cuántos dolores se perdieron por el camino. Quien tendrá la respuesta para las preguntas que no se atreven a salir de tus labios.

Rodando por los sueños

¿Qué hacer con este sentimiento que fluye dentro de mí? Esta sensación extraña de no haber crecido, de no haber encontrado un lugar y sin embargo, tener que actuar como si hubiéramos encontrado puerto, como si supiéramos que se esconde detrás de todo los misterios

Hay días en que se cae la careta y permite ver esa verdad desnuda que a nada nos ayuda; y te sientes desprotegido, con ganas de huir, de volver a los años en los que tener miedo no importaba.

Será en ese punto cuando nos perdimos, cuando empezamos a negar nuestra propia existencia, será entonces la razón de nuestros pensamientos.